DEIBYS PALOMINO TAMAYO @deibysmanuel Editor
La fuerte arremetida del río Sinú en corregimientos y caseríos de Montería, Cereté, San Pelayo, Lorica y San Bernardo del Viento, unió las fuerzas de las autoridades departamentales, locales, junto con organismos de socorro y comunidades afectadas.
El rompimiento de al menos tres boquetes en Boca de López, de San Pelayo; otro en Mata de Caña y uno más en Palo de Agua, jurisdicción de Lorica, llamó al desespero que los empujó a bloquear la vía que comunica con Montería.
Acto seguido las alcaldesas de San Pelayo, María Forero, y de Lorica, Nancy Jattin, se manifestaron en contra pidiendo paciencia y tiempo para el envío de ayudas y logística.
Los gritos de desespero también movieron al gobernador de Córdoba, Edwin Besaile, quien desde Mata de caña en Lorica anunció el envío de cien mil costales adicionales de arena y material de relleno para tratar de controlar los torrentes de agua que arrasaron cultivos e inundaron calles y casas.
En San Pelayo la alcaldesa se puso las botas y con pala en mano ayudó a remover el balasto para el punto crítico que reventó.
El complemento lo anunció su colega de Lorica con el reparto de mil quinientos mercados recogidos entre comerciantes, ciudadanía y aportes de la administración local. Además de los alimentos llevarán brigadas de salud a varios puntos rurales afectados por desbordamientos de la Ciénaga Grande y del Sinú.
Con esta logística, aplacar el desespero colectivo de al menos quince mil personas damnificadas, mientras llegan las ayudas nacionales que han pedido a gritos los mandatarios.
