
Los cráteres de la calle 41 son una tortura y peligro para conductores. La Flecha
Poco a poco una de las vías de más flujo vehicular de la ciudad de Montería, lleva camino a convertirse en una trocha.
Se trata de la prolongación de la calle 41, que arranca en la Avenida Circunvalar y termina en la glorieta del barrio Cantaclaro.
Los huecos en ese tramo, paso obligado para tomar la vía a Medellín, suman unos 40.
“Desde el año pasado hubo anuncios de la Alcaldía de Montería para reparchar, pero pasan los días y como no hay arreglos la vía se deteriora más”, dijo el conductor Ariel Garcés.
A principios del año en curso, la secretaria de Infraestructura, Diana Marrugo, dijo que una vez el alcalde de Montería, Marcos Daniel Pineda, tuviera facultades para contratar, iniciarían los trabajos.
Mientras llegan las soluciones, por ahora lo único visible e insufrible son los cráteres de la concurrida avenida.
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